Los mandalas son como “escudos de la calma y la serenidad” contra el ruido y el estrés cotidiano.
Círculo a círculo podemos protegernos y crear un escudo contra el exceso de preocupaciones que nos llegan del exterior. A través de esa calma y la concentración, estos mandalas pueden adiestrar nuestra fuerza de resistencia y al pintarlos despertar en nosotros una “energía de guerrero espiritual”.
Pepi Platero
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